ADVERTENCIAS

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INTRODUCCIÓN
1. EFICACIA Y CALIDAD2.
2. CÓMO VER LA NORMA3.
3. NORMAS GENERALES 
4. LA DESCRIPCIÓN
5. LA ORACIÓN
6. ACENTO ORTOGRÁFICO
7. CÓMO ILUSTRAR
8. EJEMPLOS
ADVERTENCIAS

TÉRMINOS Y CONDICIONES


"Las palabras de un sabio son como aguijones, y las frases célebres penetran como clavos. [...] Acepta esta advertencia: Si escribes muchos libros, te agotarás y nunca terminarás.”  
(Eclesiastés 12:11-12)

Es digno de felicitación el trabajo arduo que en conjunto realizan todas la entidades de la Real Academia de la Lengua Española por especificar cada detalle de lo que implica la corrección gramatical, ortográfica, semántica y etc.

Pero si no quieres perder el juicio tratando de estudiar, memorizar y aplicar absolutamente todos esos detalles y recomendaciones, te sugiero asumir un punto de vista basado en principios, a fin de facilitarte la tarea de aprender lo que básicamente necesitas para dejarte entender al escribir y hablar en público.

Lo digo porque las largas explicaciones de la Academia son un manjar exquisito intelectual para quienes aman el estudio y la investigación sobre el idioma, pero no para el ciudadano de a pie que necesita escribir razonablemente bien a fin de que se le entienda, máxime si sufre de esquizofrenia o detesta contemplar fractales intelectuales.

Como bien dijo un gran pensador: por instinto "el cerebro no busca la verdad, sino la supervivencia". En otras palabras, buscar la verdad va más allá de una simple inclinación materialista, física o del cuerpo. Tiene que ver con la satisfacción de una necesidad intelectual, espiritual y metafísica.

Por eso, encomio a los estudiosos y les concedo un lugar especial en el podio de los mejores. Pero no encomio que se aíslen descuidando la motivación, olvidando que la gente común seguirá siendo común en tanto no se actualicen y pongan al alcance de su intelecto las formas de explicar dichas explicaciones, siendo que la mayoría se basa en el instinto de supervivencia. 

Es cierto que un médico, ingeniero o abogado estudia la carrera por vocación. Pero muchos lo hacen principalmente para abrirse paso y sobrevivir en este desastre llamado mundo, no por hallar la verdad y hacer lo que es correcto, mucho menos para escribir y hablar correctamente.

Por tanto, aunque me encanta la corrección gramatical, ortográfica y semántica, me veo forzado a limitarme a la eficacia y concentrarne en lo que funciona en el día a día, llegar a quienes nunca entendieron, ni creo que deseen entender, para qué sirven, por ejemplo, los signos ortográficos, las oraciones y las sugerencias de la Academia.

USA UN BUEN DICCIONARIO

Unas de las herramientas básicas de cualquier redactor son los diccionarios, que es donde están alistadas la mayoría de las palabras de uso común. 

Por eso te sugiero tener a la mano, es decir, en tu teléfono u ordenador, por lo menos un par de diccionarios a los que puedas recurrir en cualquier momento. Toca aquí para una sugerencia.

Los hay de todas clases. Las palabras que aparecen en uno tal vez no las encuenres en otro. Pero una herramienta fundamental es el Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española (para entender su proceso de navegación y sacarle más provecho, puedes entrar a "https://del.rae.es/contenido/ayuda" y añadir el icono a tu página principal desde tu dispositivo móvil. Si no sabes cómo hacerlo, toca aquí).

Cierta vez pregunté a mi alumno de oratoria Fernando Peña Portella, catedrático lingüista de la Universidad de Lima, por qué en cierto diccionario y manual de consulta no aparecían ciertas definiciones respeto a ciertas palabras. Su respuesta me enseñó una gran lección: "No son diccionarios ni manuales académicos".

Siempre es mejor consultar un texto académico. No es difícil. Están a un clic de distancia por Internet. Por ejemplo, en la página principal del Diccionario de la Academia hallarás un link que te redirige al Diccionario Panhispánico de Dudas, donde podrás consultar, por ejemplo, cómo se debe escribir: ¿"Consultar a" o "consultar con"; "al interior" o "en el interior"; "la B y la V, ¿se pronuncian de manera diferente?". ¡Sal de la duda valiéndote de esa interesante herramienta!

Los diccionarios académicos son libros en constante revisión que recogen y explican, en orden alfabético, las palabras más usadas en el mundo hispano. No te dicen cómo debes hablar, sino qué palabras se usan en el mundo hispano y latino, tanto a nivel popular como esmerado.

Al mostrarte qué palabras usa más gente, te ayudará a comunicar tu mensaje más extensamente y de la mejor manera. Si estás consciente de que tu vocabulario necesita una mejora, consulta el diccionario.

Algunas personas dirían “capaz llegó tarde” queriendo decir “quizá llegó tarde”, o “repetirlo sería redundar” queriendo decir: “repetirlo sería una redundancia”. Abre el diccionario y asegúrate si es correcto decir “capaz” o “quizá” en esos casos, porque no significa lo mismo; tampoco significan lo mismo “redundar” y “redundancia”.

No es prudente que uses palabras cuyo significado no conoces con exactitud. A veces yo lo he hecho, pero tan pronto como me he percatado, hice los ajustes necesarios. ¡Listo! ¿Verdad que no quisieras generar confusión ni mostrar falta de responsabilidad en un asunto tan importante como la comunicacón, sobre todo si las decisiones de tus lectores y oyentes dependen de la información que les presentas?

El diccionario contiene uno o más significados para cada palabra alistada, llamados acepciones, y te sirven para escoger la que mejor se adapte a tu redacción a fin de evitar malentendidos y confusiones.

Otro beneficio que te ofrece la Real Academia es La nueva Gramática de la Lengua Española". Un libro de texto de consulta obligada. Puedes conseguirlo en casi cualquier buena librería. 

También son de gran ayuda los diccionarios etimológicos, que te muestran el origen de las palabras y cómo desarrollaron su forma y significado. Cuanto mejor entiendas el idioma, más confianza sentirás al expresarte en publico.

EVITA LA REDUNDANCIA

Redundancia es el uso excesivo de cierta palabra o información que sobra. Algunos la llaman peyorativamente "rebuznancia". ("La especialidad del especialista")

“Las palabras que expresamos son palabras que usamos para expresarnos con expresiones que expresan lo que pensamos.” ¿No bastaría decir: “Nuestras palabras expresan lo que pensamos”?

¿“Conformar sus asuntos conforme a los requisitos”? Basta decir: “Conformar sus asuntos a los requisitos”.

“Nuestra decisión resoluta.” Una resolución es una decisión. Basta decir: “Nuestra decisión” o "nuestra resolución”.

“Se dirige directamente a ti.” Basta decir: “Se dirige a ti.”

“Le conviene tener que tener en cuenta.” Basta decir: “Le conviene tener en cuenta”.

“Su contrato de usted”. “Su” significa “de usted”. Basta decir: “Su contrato”.

“Le atribuyeron a él.” “Le” significa “a él”. Basta con decir: “Le atribuyeron”.

“No importa lo que haya pasado en el pasado.” Basta decir: “No importa lo que haya pasado”.

“La esperanza que esperamos.” ”Esperanza” es lo que esperamos. Basta decir: “Lo que esperamos”.

EVITA LAS MULETILLAS

Una muletilla es una palabra o conjunto de palabras que se repiten sin que haya necesidad. Y aunque las muletillas se manifiestan especialmente en el habla, la redundancia por escrito puede convertirse en un defecto similar en la escritura.

Muletillas muy comunes son “la cual”, "¿no?", "¿no es cierto?", "ehhh", "entonces esteeee", "emmm", "¿vale?", "¿de acuerdo?", "¡perfecto!". Algunas personas dicen que las usan como apoyo para seguir hablando. Pero proyectan una imagen desagradable. 

Por ejemplo, “Yo tenía dos hermanos, la cual me alegraba, porque me sentía acompañada. Pero mis padres nos separaron desde muy niños, la cual me afectó. Hubiera querido rehacer el pasado, pero no podía hacer nada. Tenía que aceptarlo, la cual fue desastroso.” Bastaba con decir: “Yo tenía dos hermanos, lo que me alegraba porque me sentía acompañada. Pero mis padres nos separaron desde muy niños y eso me afectó. Hubiera querido rehacer el pasado, pero ya no podía hacer nada. Tenía que aceptarlo. Fue desastroso.”

MANTÉN LA CONCORDANCIA ENTRE TIEMPOS Y GÉNEROS

A medida que redactes, asegúrate de enlazar razonablemente bien los elementos de la oración, lo que llamamos concordancia.

El sistema y la gente que lo apoya será cambiado.
El sistema y la gente que lo apoya serán cambiados.

Juana y María serán invitados a la fiesta.
Juana y María serán invitadas a la fiesta.

El resultado de los análisis han sido favorables.
El resultado de los análisis ha sido favorable.

Una pareja de policías entraron a la tienda.
Una pareja de policías entró a la tienda.

Es esencial que cada uno permanezcamos alerta.
Es esencial que cada uno permanezca alerta.

Una de las maneras que debemos imitar a Luis.
Una manera como debemos imitar a Luis.

Un asunto en la cual debemos pensar.
Un asunto en el cual debemos pensar.
Un asunto en el que debemos pensar.

Cada uno de ellos se están esforzando.
Cada uno de ellos se está esforzando.

NUMERA LAS PÁGINAS

Nunca redactes en papel un documento sin numerarlo. Tampoco si lo imprimirás. Es cosa principal numerar las páginas. Sería una desgracia imprimir un extenso trabajo y luego tropezar y desparramarlo sin tener manera de reordenarlo rápidamente. 

Numerar te facilita la tarea, y además, te sirve para añadir referencias y notas a pie de página. Si usas el programa Word, solo haz clic en la función INSERTAR | NÚMEROS DE PÁGINA. El sistema las numerará automáticamente.

SUJETA LAS PÁGINAS

Si vas a realizar una lectura pública, te sugiero sujetar las hojas con una grapa o usar un tablero, ya sea que hables al aire libre o en un lugar cerrado. Una brisa o un traspié podrían jugarte una mala pasada.

No confíes del todo en los equipos electrónicos. Pueden fallar. Si ocurre un apagon, peor. Adelántate al problema y lleva contigo un documento de respaldo en papel, y usa la linterna de tu dispositivo.

Pueden observarse muchos otros aspectos, pero no es mi propósito hacer un análisis técnico ni minucioso. Recuerda que el propósito de estos artículos es ayudarte a comprender un poco mejor lo que significa redactar una simple idea, no convertirte en un gran escritor. La finalidad es que pongas a un lado cualquier sentimiento de ineptitud y comiences a escribir tus ideas, las examines y les des un poco de corrección, no en sentido gramatical ni ortográfico, sino especialmente respecto a la armonía general de tus pensamientos.

A veces la terminología gramatical asusta a las personas, atentando contra su iniciativa, de modo que pocos se atreven a escribir y mostrar a los demás lo que han escrito. Se avergüenzan de manifestar sus sentimientos. Pero con este conocimiento básico pueden comprender mejor que “decirlo a su manera” es su estilo personal, ¡y pueden decirlo de mil formas!

Espero que de algún modo haya despertado en ti el deseo de comenzar a redactar tus temas, aplicando algunas de las sugerencias mencionadas. Poco a poco, no solo te vendrá la inspiración y creatividad, sino la corrección. 

Son muchos los tomos de la Academia para ayudarnos a entender nuestra lengua, su gramática, ortografía y el significado de las palabras. Queremos apreciar su contenido. Pero no es materialmente posible estudiarlos completamente sin cultivar un amor profundo por el idioma. Por eso la sintaxis, asonancia, cacofonía, sinécdoque, onomatopeya, etopeya, alegorismo, metonimia, tropo, antítesis, hipérbole, perífrasis, yuxtaposición, prosopográfico, exordio, peroración, prosaico, égloga, sainete y otras palabras raras seguirán sonándote extrañas por mucho tiempo aunque las estudies.

Para escribir bien tienes que comenzar a escribir cuanto antes, porque así también cuanto antes comenzarás a acumular la experiencia y práctica que necesitas. Simplemente redacta tus discursos poco a poco procurando dar la mayor claridad al sujeto (protagonista) y al predicado (el suceso). Después estudiarás los detalles más a fondo y entenderás las muchas definiciones y explicaciones. 

Recuerda que la corrección eficaz y la corrección de calidad difieren, y que aunque la corrección de calidad se basa en un conocimiento de las normas y los procedimientos, lo importante es que seas original y que tus lectores entiendan tus mensajes.

Si quieres decir: “El sentimiento que brota desde lo más profundo de mi corazón es semejante a un barco que se aleja triste río abajo en el atardecer de mis años”, ¡simplemente escríbelo así! Luego podrás modificarlo cuantas veces quieras, ¡y listo! No te preocupes si le faltan o le sobran comas, si tiene buena sintaxis, asonancia o cacofonía. Solo escríbelo y disfrútalo. Tu corrección, es decir, tu manera correcta de redactar, vendrá con el uso y el tiempo. 

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